La patronal malagueña Fedama denuncia que hay 4.000 puestos de trabajo en juego por la escasez de coches para reparar y sin beneficios laborales a los que acogerse.

Los talleres de automoción de Málaga lanzan un SOS: hay 1.400 empresas y unos 4.000 puestos de trabajo en juego por la situación de «limbo» administrativo en la que estos servicios han quedado. Son servicios esenciales pero sólo pueden trabajar en estado de guardia, abiertos pero con la persiana cerrada al público, para atender las escasas reparaciones de emergencia que se producen, ahora que buena parte de la población está confinada en sus casas y sin salir más que para trabajar.

Derivado de lo anterior, no pueden acogerse a los Erte por causa de fuerza mayor con la misma facilidad que otras muchas empresas que están sufriendo con dureza la crisis sanitaria. Esto es: muchos siguen abiertos pero sin ingresos y con grandes dificultades para acceder a las regulaciones temporales de empleo. Es lo que denuncia Eduardo García, presidente de la Federación de Empresarios de Automoción de Málaga (Fedama) que agrupa a unos 1.100 talleres y concesionarios de la provincia, y que está tratando de llegar a una solución con el Gobierno a través de la interlocución de la patronal nacional Ganvam y de la confederación de empresarios malagueños y andaluces, aunque, de momento, sin éxito.

«Al principio nos dijeron que podíamos abrir, a las 24 horas, que no, y luego que sólo para emergencias. Estamos en un limbo, ni se puede teletrabajar ni hay clientes porque no pueden ir a los talleres», critica el portavoz de los empresarios del sector. La realidad es que casi todos están cerrados, ya que la mayoría son pequeños talleres, de uno o dos trabajadores, y sin ingresos para pagar las nóminas. «Nos dicen que podemos abrir para casos de emergencia o con cita previa, pero casi nadie se arriesga. Tenemos que poder cerrar y acogernos a los Erte por causa de fuerza mayor». Es eso o que se les permita abrir como otros servicios esenciales (farmacias, supermercados, panaderías, etc) para atender las reparaciones que necesiten sus clientes. «Lo que está claro es que está situación de estar como servicios de emergencia no nos beneficia, no podemos seguir trabajando a puerta cerrada».

A ello, añade la crisis económica que se avecina cuando termine el confinamiento, y considera que el cuidado del vehículo no será prioritario para muchas familias sin recursos: «La gente no va a ir a los talleres inmediatamente, por eso tendrán que mantener las medidas y las ayudas durante un tiempo prudencial para permitir reactivar el sector», demanda.

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